
Hace algún tiempo que no puedo evitar preguntarme porque soy yo: La Otra; y dentro de esas contestaciones superficiales y totalmente ilógicas, he llegado a la conclusión de que no existe respuesta posible. Porque ella es ella , y tú eres tú...me han dicho algunos; pero lo verdaderamente cierto de aquella elevada observación es que realmente me he dado cuenta que con el tiempo hemos llegado a ser personas diferentes.
Ella por su lado figura de manera inexorablemente animada por los parques, en conversaciones de rutina, por los salones de clases e incluso se las ingenia para agotar el tiempo y disfrazarse de súper heroína. Yo por mi parte me las arreglo para dar vueltas a la manzana, escribir poemas y perderme en el anonimato de mis meditaciones, rogando a fuerza de voluntad que el Dios del tiempo, me regale algunos de sus tan preciados segundos.
Vaya si es especial dicen otros, es capaz de pasarse la vida sonriendo, incluso entre lluvia y tempestad.
Yo sin embargo recriminada por los mismos, me paso la vida buscando esas sonrisas. De todas las cosas buen intencionadas que tuve la gran dicha de escuchar, muchas quedaron guardadas en perpetúo silencio y muchas otras lograron perderse en tacho de la basura junto al ejemplar matutino del metro; la cosa en cierto modo es la siguiente y que me asalta con igual suerte de incertidumbre, ¿Por qué deberá de existir otra?; y la misma maldita respuesta a esta otra maldita pregunta: es muy simple, porqué así deberá ser.
Y bajo esta premisa tan bien elaborada me sonrio ante el espejo, me levanto del sillón de las dudas y me decido a caminar por el parque de los olvidos, que más que causar me una sensación de bienestar, me hace sentir cada vez más próxima a un cementerio; dónde deberé de sepultarla a ella , a la otra y a mi misma, que al fin y al cabo resultan ser pequeños retazos de la misma cosa, pequeñas palabras de la misma historia...porque quizás ya con eso, yo logre sentirme un poco más tranquila; pues no vaya a ser que uno de estos días una de ellas decida aparecerse por mis sueños..porque eso sí que no lo toleraría.
Xauda de Amaranto.
Quedarse atrapado en un segundo de Dios...
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